por Gloria Miguel (Universidad Nacional de Santiago del Estero/CONICET)
En el contexto de la pandemia de Covid 19 y la implementación del aislamiento o distanciamiento social obligatorio se ha producido un traslado masivo y uso intensivo del espacio on-line. Las prácticas religiosas se han visto modificadas por la prohibición de actividades públicas, el cierre de templos y la implementación de protocolos con restricciones para su apertura. Muchos medios de comunicación religiosos tradicionales y con base en Internet se han vuelto imprescindibles para la realización de celebraciones y el mantenimiento de comunidades. Con diferentes propuestas y formatos se han generado experiencias que trasladan las celebraciones religiosas al espacio doméstico y las redes sociales.
La transmisión de festividades religiosas en las redes sociales es una práctica extendida, ya sean las instituciones religiosas o los fieles quienes registran y difunden imágenes y videos como un acompañamiento paralelo a las celebraciones presenciales. La transmisión radial o televisiva para aquellos que no pueden participar presencialmente en las misas también es un antecedente previo en el uso de medios tradicionales. Más recientemente, de la mano con el crecimiento y afianzamiento del uso de medios con base en Internet y redes sociodigitales, la mirada sobre las articulaciones entre religiones, dispositivos y cultura digital, así como los vínculos entre espacios religiosos on-line y off-line (Campbell 2013) ha recibido mayor atención; mucho más aún en el contexto actual de aislamiento y distanciamiento social en pandemia.
En este trabajo nos preguntamos por el uso de redes sociales y medios masivos en el contexto de pandemia para la realización de una de las celebraciones católicas populares más importantes del noroeste argentino, la Fiesta del Señor de los Milagros de Mailín en Santiago del Estero. ¿Cuáles son las prácticas que se trasladan o adaptan? ¿Qué formatos adquiere la celebración para su mediatización? ¿De qué maneras tiene lugar la participación de los fieles? Son algunas de las preguntas que tomamos como punto de partida para dar cuenta de las condiciones en que tiene lugar una celebración religiosa a través de medios on-line, que tradicionalmente cuenta con una concurrencia masiva.
#SantoForastero
La fiesta grande del Señor de los Milagros de Mailín que se celebra el día de la Ascensión del Señor, es la más importante del calendario católico en la provincia. Según estimaciones de la prensa en 2019 participaron alrededor de 200.000 personas[1]. La fiesta chica, tiene lugar el domingo más próximo a la celebración de la Exaltación de la Cruz, y según indica la prensa reunió en 2019 cerca de 20.000 personas[2].
Promesantes y peregrinos llegan todos los años desde distintos puntos del país a Villa Mailín, una pequeña localidad ubicada a 146 km de la ciudad de Santiago del Estero, para participar de la fiesta también llamada del “Cristo Forastero”. El relato sobre la devoción se remonta a finales del siglo XVIII cuando una pequeña cruz de madera fue encontrada por un poblador de la zona en el interior de un antiguo algarrobo (Fantoni 2009, Tenti 2014). En el marco de la fiesta de multitudinaria concurrencia tienen lugar una importante feria comercial y un conjunto de espacios y reuniones bailables populares -peñas, pistas, boliches- en relación ambivalente con las celebraciones eclesiales (Genoud 2019, Podhajcer 2007). De la mano de los migrantes santiagueños la devoción también se ha extendido en distintos lugares del país y tiene fuera de Santiago del Estero uno de sus lugares más representativos en Villa de Mayo, provincia de Buenos Aires, donde se lleva adelante también la fiesta (Ameigeiras 2002).
En 2020 en el marco de la pandemia de Covid 19, el conjunto de medidas de aislamiento o distanciamiento adoptadas en el país repercutió directamente en la celebración. Mediante un comunicado que se difundió en la prensa, el obispo de Santiago del Estero anunció la suspensión de la fiesta grande que debía realizarse en mayo. Finalmente tanto la Fiesta Grande como la Fiesta Chica de Mailín se desarrollaron a través de redes sociales[3], la página de Facebook del santuario y la cuenta del sacerdote rector del santuario se convertirían en los principales medios para las transmisiones en vivo de las diferentes instancias de la festividad que tuvo además una amplia repercusión en los medios periodísticos locales.
Los volantes digitales o flyers invitaban a los devotos a seguir la fiesta desde sus hogares: “Señor de Mailín ´Junto a María, peregrinos de la esperanza´ En el año jubilar Mariano, rezamos y celebramos desde nuestras casas”. Desde el 15 de mayo se realizaría todas las tardes la transmisión del rezo de la novena y luego la misa hasta culminar el domingo 24 con la misa central de la fiesta grande. De igual modo, desde el 4 de septiembre se realizaron las transmisiones correspondientes a la fiesta chica que tuvo su celebración principal el domingo 13. A la difundida recomendación #QuedateEnCasa se sumaron etiquetas o hashtags propios de la fiesta religiosa cómo #YoPeregrino, #Mailín2020, #PeregrinosDeLaEsperanza, #SantoForastero, #TuCasaUnSantuario en las publicaciones que convocaron, narraron y expresaron las distintas instancias de la celebración.
#PeregrinosDeLaEsperanza. El rezo de la Novena y la misa.
Las transmisiones desde la página de Facebook del santuario generaron a lo largo de los días un conjunto de videos realizados en diferentes escenarios. Durante la fiesta grande cuatro comunidades de Santiago del Estero, tres de Santa Fe y dos de Buenos Aires fueron las encargadas de guiar en distintos días el rezo de la novena. Dos mujeres en el comedor de la casa, la imagen fija sobre un pequeño altar en la casa, un video que reproduce fotos de la comunidad, una familia desde una iglesia, son algunas de las maneras elegidas para llevar adelante las oraciones. En esos videos también se pudo escuchar la historia de algunas de las comunidades y sus impulsores, contada en breves relatos o ilustrada con fotos. Durante la fiesta chica el rezo de la novena se transmitió desde distintos santuarios del noroeste argentino como el Santuario Catedral del Señor y la Virgen del Milagro en Salta o el Santuario de la Virgen del Valle en Catamarca entre otros. En estos casos las imágenes predominantes fueron los altares de los templos.
A continuación de la novena, la transmisión de la misa (con adoración del santísimo, por los enfermos, de los jóvenes) desde distintas iglesias de la provincia en el caso de la fiesta grande y desde el Santuario de Mailín para la fiesta chica. Las celebraciones se realizaron con uno o dos sacerdotes, acompañados por algún colaborador en el templo; otros miembros de la comunidad participaron, teléfono mediante, con las lecturas del evangelio y coros según el caso.
Con misas y novenas rezadas desde diferentes lugares cada día, la multiplicación de los espacios de celebración resultó al mismo tiempo centralizada mediante la transmisión en vivo desde la página de Facebook del Santuario. La convocatoria a participar a la distancia para la comunidad de devotos mailineros desde sus casas orientó hacia la relocalización de las actividades en el espacio doméstico. Asimismo, la simultaneidad de la transmisión y la conexión de los internautas para la visualización de las celebraciones en el momento en que tienen lugar permitieron un modo de co-presencia en el espacio digital.
#YoPeregrino. Peregrinos mailineros: comentarios, fotos y videos.
La participación de los devotos en las actividades fue organizada y quedó registrada en la página del Santuario. Los comentarios escritos en las publicaciones fueron en gran medida pedidos por salud, agradecimientos, saludos y vivas al Señor de Mailín. En videos breves se presentaron grupos de servidores, encargados año a año de llevar adelante tareas como logística, administración, limpieza del templo y las colectas. Se realizó también la serenata virtual, una transmisión con participaciones musicales de artistas que desde sus casas enviaron saludos y dedicaron principalmente chacareras y chamamés al Señor de Mailín.
Alrededor de cinco grupos de WhatsApp permitieron seguir las novenas, posteriormente se publicaron las fotos enviadas en esa red de mensajería, en su mayoría imágenes de celebraciones de años anteriores (los peregrinos en las rutas, en distintos lugares de Villa Mailín, en el santuario, tocando la cruz). También se publicaron fotos de la bendición de la mesa familiar o los altares de los devotos en sus casas. Durante la fiesta chica se transmitió durante las mañanas la oración del peregrino, a cargo de distintos grupos de la provincia, así como videos breves con testimonios de devotos mailineros.
Ese cúmulo de imágenes actuales así como los recuerdos de peregrinaciones de años anteriores dieron forma a la fiesta de este año. La puesta on-line y la participación de los devotos a través de las redes sociales fue narrada en las publicaciones de la página siguiendo la referencia de la tradicional peregrinación sumado en este caso la calificación virtual: “Mañana tempranito a las 7:00 recibimos a todos los peregrinos virtuales”, “Cuántos rostros conocidos compartieron con nosotros este peregrinar virtual”. De modo que la memoria y la narrativa de las peregrinaciones presenciales off-line continuaron activas en la conformación de la celebración on-line.
#QuedateEnCasa. Misa central y procesión
La misa central de la fiesta grande fue presidida por el obispo de Santiago del Estero en compañía del rector del santuario, dos sacerdotes, un reducido grupo de servidores y periodistas. A la transmisión en vivo a través de la página del Santuario de Mailín, se sumaron los principales medios periodísticos locales también con transmisiones desde sus redes sociales, la grabación para la televisión y una red de emisoras de radio de distintas localidades de la provincia. Con menciones a la villa “hoy silenciosa” que otros años recibe a cientos de peregrinos el obispo enunció su mensaje a propósito de la celebración de la Ascensión del Señor. En el final de la misa central tuvo lugar un extenso agradecimiento, en especial a medios de comunicación y servidores que hicieron posible la fiesta con la modalidad virtual. “Este año con mucha alegría podemos decir que nuestras casas, nuestros hogares han sido un verdadero santuario y ahí está hoy el Señor de los Milagros de Mailín”, estimaba el sacerdote.
Terminada la celebración, y en medio de campanadas y sirenas dio comienzo la procesión por la villa, este año sin fieles: sobre una camioneta, la imagen del Señor de los Milagros de Mailín, el obispo y dos sacerdotes; a caballo el rector de Santuario; en otra camioneta el equipo de sonido y un acompañamiento policial. La recorrida por las calles de Villa Mailín también fue transmitida y se pudo ver a los vecinos saludando desde sus casas con banderas, pañuelos, y vivas, algunos de ellos con pequeños altares preparados en las veredas con imágenes y flores.
Si bien es muy difícil medir la magnitud de la difusión de la celebración, algunos datos indican una recepción extendida: La misa central alcanzó en la página del santuario 52 mil reproducciones, 2474 reacciones, 5,3 mil comentarios y fue compartida 899 veces (datos tomados el 04/11/20). Estos números indican una importante audiencia si consideramos además las visualizaciones a través de otras páginas y medios.
#Mailín2020. Comunicación digital y religiosidad
Años anteriores las imágenes y las crónicas periodísticas han enfatizado lo multitudinario de la convocatoria. Lo extraordinario y noticiable del acontecimiento radicaba en los miles de fieles asistiendo a las misas en el Templete, cientos de peregrinos ingresando a la localidad, cordones de servidores organizando los desplazamientos y el espacio, hileras de devotos esperando horas para tocar la cruz. Este año, las fotografías y videos mostraron una celebración que, por oposición a las tradicionales de años anteriores, estuvo marcada por la ausencia de la multitud en la villa. Sin la multitud de la concurrencia en el espacio, las imágenes de misas y procesiones sin fieles expresaron la austeridad de las celebraciones.
Lo multitudinario presencial debió ser sustituido por la difusión a través de un conjunto diversificado y articulado de medios de comunicación tradicionales, medios con base en internet y redes sociales. Entre los medios tradicionales, las pequeñas emisoras de radio de distintas localidades de la provincia también resultaron importantes principalmente en sectores rurales con restringido acceso a Internet. “La radio ha tomado mucho valor para la fiesta de Mailín, la gente del campo usa todavía mucho la radio y escucha mucho la radio” explicaba el sacerdote rector del santuario, remarcando la permanencia de la radiofonía. Asimismo en relación a la interacción y la emotividad de los devotos en los medios digitales y redes sociales evaluaba “Lo virtual posibilitaba lo vivencial también. ¿No? Como decíamos en mayo: nunca lo virtual va a reemplazar lo presencial, pero también tiene otras bondades, otras posibilidades”[4] en referencia a la cantidad de asistentes virtuales, la conexión y participación desde lugares lejanos.
Apelando a las habilidades y competencias en materia de comunicación digital y redes sociales, distintas comunidades de devotos y peregrinos mailineros, convocados como peregrinos virtuales aportaron contenidos para la producción de videos y participaron registrando comentarios. Una parte importante de los contenidos de la página fueron elaborados por los devotos, adoptado una modalidad de producción cultural participativa (Jenkins 2008), que enmarcada en el formato de diseño de Facebook (publicaciones, pestañas, contactos, botones de reacciones, publicidades, accesos directos, etc.) digitaliza la visualidad de la fiesta mediada por la red social.
Se multiplican los lugares de la celebración –se transmiten misas, novenas, rosarios y oraciones desde diferentes espacios-, se centralizan las transmisiones y los videos en la página oficial del Santuario y la propuesta de la fiesta enfatizaba su relocalización en los espacios domésticos, dando lugar a una copresencialidad a la distancia. Al mismo tiempo, sin la acostumbrada imagen de la multitudinaria concurrencia, sin la feria, los bailes, boliches y peñas y, como resultado de la difusión de la fiesta por redes sociales católicas y medios periodísticos, los actores eclesiales adquirieron mayor protagonismo remarcando la centralidad de la institución religiosa.
Las particularidades que adoptó la celebración de Mailín en este contexto nos ponen sobre la pista de dos expresiones que en principio parecerían contradictorias pero que en este caso se modulan en el espacio digital: la participación de los devotos y la remarcación de la centralidad eclesial. La convocatoria hacia los fieles mailineros en tanto internautas moviliza sus competencias en materia de comunicación digital incluidos aspectos que hacen a la cultura participativa en la producción de contenidos. Cabe precisar que los términos de la participación de los usuarios son un ámbito de tensión entre la autonomía y la administración de esa participación, incluidas las expresiones religiosas (Jenkins 2008). Al mismo tiempo parecieran ser las actividades más institucionalizadas las que han encontrado un rápido traspaso al espacio digital, no así otros espacios que hacen a la celebración popular presencial como la feria, las peñas y bailes. De modo que, sin la concurrencia multitudinaria en la villa, la centralidad de los actores eclesiales y la institución religiosa resulta remarcada.
Perfilamos hasta aquí algunas preguntas y observaciones sobre esta celebración católica, seguramente serán necesarios análisis a largo plazo que involucren otras perspectivas que den cuenta de las múltiples dimensiones involucradas en los procesos de comunicación religiosa digital emergentes en tiempos de pandemia.
[1] “Miles de devotos participaron de la misa del Señor de los Milagros de Mailín” -diario El Liberal (2/6/2019)
[2] “Más de 20 mil fieles se congregan en la fiesta chica de Villa Mailín” -diario Nuevo Diario (15/9/19).
[3] Así como otras importantes celebraciones católicas que adoptaron esta modalidad, en el norte del país por ejemplo La Virgen del Valle de Catamarca, la Virgen del Rosario de Salta y también en Santiago del Estero la Virgen de Huachana.
[4] Comunicación personal 29/10/20.
Bibliografía
Ameigeiras, Aldo (2002). Fiesta popular e identidad religiosa en el Gran Buenos Aires, en Judith Filc (org.) Territorios, Itinerarios, Fronteras. La cuestión cultural en el Área Metropolitana de Buenos Aires 1990-2000. Ediciones Al Margen: La Plata, UNGS: Los Polvorines. Pp. 81-96.
Campbell, Heidi (2013). Digital Religion. Understanding Religious Practice in New Media Worlds. London and New York: Routledge.
Fantoni, Margarita (2009). La festividad religiosa popular del Señor de los Milagros de Mailín. Una aproximación a la construcción de identidades. Nuevas Propuestas, Nº 46. Santiago del Estero, Universidad Católica de Santiago del Estero. Pp. 91-114.
Genoud, Diego (2019). La fiesta del Señor de Mailín –una crónica. DIVERSA Red de Estudios de la Diversidad Religiosa en Argentina.
Jenkins, Henry (2008). Convergence Culture. La cultura de la convergencia de los medios de comunicación. Barcelona: Paidós.
Podhajcer, Adil (2007). Las performances en la celebración de mailín: un estudio sobre el catolicismo popular en Argentina. Revista de Ciencias Sociales, 19, 27-40.
Tenti, María Mercedes (2014). Catolicismo de masas en Santiago del Estero. La festividad del Señor de los Milagros de Mailín a principios del siglo XX , en Ana Cecilia Aguirre y Estaban Abalo (coords.) Representaciones sobre historia y religiosidad. Deshaciendo fronteras. Rosario: Prohistoria. Pp. 191-208.
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