por Emerson Giumbelli (UFRGS)
Santa Cruz do Sul es un municipio de Rio Grande do Sul, ubicado a 150 km de Porto Alegre. Hace algunas semanas, la prensa local difundió un comunicado oficial de la alcaldía. «La Alcaldía de Santa Cruz do Sul informa que la propuesta de erigir una estatua en homenaje a las religiones de matriz africana, presentada por el Consejo Municipal del Pueblo de Terreiro, se encuentra actualmente en fase de estudio.» Unas líneas más adelante, leemos: «Este proyecto busca valorar la rica contribución cultural afro-brasileña, promoviendo el respeto y la inclusión«.
Los términos del comunicado son significativos. Dialogan con demandas que hacen imperativa la expresión de nuestras pluralidades sociales en los espacios urbanos. Como se indica, la reivindicación proviene de un colectivo que organiza a líderes locales vinculados a religiones de matriz africana, practicantes del Batuque y la Umbanda. La existencia del Consejo es una demostración de que estas religiones no solo están presentes en las grandes ciudades.
Vale la pena recordar que Rio Grande do Sul destaca como el estado con el mayor porcentaje de adeptos declarados de religiones afro-brasileñas. Más significativo aún es el número de templos de estas religiones, que en algunas ciudades de Rio Grande do Sul, incluida su capital, supera al de iglesias cristianas en barrios de la periferia.
A través de la disposición de la administración local de acoger la propuesta del Consejo Municipal del Pueblo de Terreiro, se abre la posibilidad de que las religiones de matriz africana también estén representadas en los espacios públicos. En la ciudad ya existen monumentos que celebran la colonización alemana, una estatua de San Cristóbal situada en uno de los accesos a la ciudad y una cruz de 20 metros de altura ubicada en un parque panorámico. Ya es tiempo de que otras expresiones estén presentes en lugares similares.
La nota de la alcaldía también informa que el lugar para la nueva estatua será definido sin perjuicio para “el tránsito, la circulación y la seguridad de la población”. Y continúa: «La Alcaldía refuerza que este homenaje se realizará de manera que no cause ofensa ni contrariedad a otras religiones, reafirmando su compromiso con el bienestar de todos los ciudadanos, independientemente de su etnia, religión o creencia, y asegurando que todas las acciones se lleven a cabo con el objetivo de beneficiar a toda la comunidad«.
Nuevamente, los términos son muy expresivos. En este caso, expresan la desventaja social de las religiones de matriz africana en relación con otras tradiciones religiosas. Tratándose de un monumento cristiano, es muy probable que los términos “ofensa” y “contrariedad” no hubieran sido considerados. Aún convivimos con muchos prejuicios respecto al Batuque y la Umbanda, y no es casualidad que sus adeptos estén entre las víctimas más numerosas de incidentes de intolerancia religiosa.
Las precauciones de la administración local responden a las declaraciones de uno de los integrantes del Consejo del Pueblo de Terreiro en una radio local. Moa Fanfa, sacerdote del Batuque, presentó la propuesta del monumento defendiendo que la estatua sea una representación de Exu, sugiriendo que tuviera las mismas dimensiones que la imagen de San Cristóbal y que se ubicara en otro de los accesos a la ciudad.
Exu es como nos referimos en portugués a una divinidad nombrada en la lengua yoruba, un idioma de África occidental, una de las regiones de donde fueron traficadas personas en condición de esclavitud que construyeron nuestro país. Designa a una de las varias divinidades que forman el panteón de los orixás, veneradas por las religiones de matriz africana.
Tal vez por sus atributos sexuales y sus ambivalencias, Exu fue asociado, por misioneros cristianos, al diablo. Por ello, se convirtió en el foco de un proceso más amplio, que solo puede entenderse en el contexto de la esclavización de un pueblo por otro: la demonización de los dioses ajenos.
Existen otras formas de representación de las religiones de matriz africana. Podemos recordar las imágenes de Iemanjá y Oxum que encontramos en las orillas de playas y lagos. La opción por Exu señala enfáticamente la reivindicación por respeto, en la medida en que recae sobre la figura que más agudamente sufrió la asociación demonizadora.
Exu, vale repetir, no es un demonio. Para comprender su lugar dentro de ritos que a menudo son festivos, es necesario prestar atención a las cosmologías de religiones que son diferentes a las cristianas y que movilizan las energías de muchas personas e instituciones. ¿Por qué no tendrían un lugar reconocido y legitimado en nuestras ciudades?
En Porto Alegre, ya convivimos con monumentos que representan a Exu. En la región de Porto Seco, al noreste de la ciudad, desde 2020 hay una estatua del Hombre de la Noche. Fue posible gracias a una ley municipal de 2019, que nombró el lugar como Rótula de los Quimbandeiros. La estatua fue concebida y donada por un pai-de-santo.
En este caso, la figura se asocia con la forma en que Exu es venerado en la Quimbanda, una derivación de la Umbanda. Se trata de una reinterpretación de las referencias originales, transformando al orixá en una entidad que integra otro panteón religioso, junto a caboclos y pretos-velhos, y con su contraparte femenina, las pombagiras.
Otro monumento que representa a Exu en Porto Alegre está en el Mercado Público, uno de los lugares más queridos de la ciudad. Quien camina por allí no puede dejar de notar el mosaico incrustado en el suelo, exactamente en el centro del edificio. Esta obra colectiva fue inaugurada en 2013 como parte del Museo de Recorrido del Negro en Porto Alegre, un proyecto que busca dar visibilidad a la presencia negra en la ciudad, tanto en el presente como en el pasado.
En el Mercado Público, la representación de Exu alude al orixá, que en el Batuque es venerado bajo el nombre de Bará. El monumento es reciente, pero la “tradición del Bará del Mercado” es centenaria. Otros atributos de Exu lo asocian a los mercados, lugares de flujo. Él es el señor de las encrucijadas, abre los caminos, y por ello son las llaves las que adornan el mosaico ubicado en el punto donde los accesos se encuentran.
Tanto en la Rótula de los Quimbandeiros como en el cruce del Mercado se celebran eventos que contribuyen a dar vida a esos lugares y a reforzar la memoria de la presencia negra. Son monumentos que pueden inspirar a otros, como el que debe construirse en Santa Cruz do Sul.
Publicado originalmente en portugués en Rede Estação Democracia (RED)
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