Dieciocho años después de un trabajo clásico – por Pablo Semán (UNSAM/CONICET)
En la época que redacté el artículo «Cosmológica, Holista y Relacional: Una corriente de la religiosidad popular contemporánea» (publicado en el 2001) tenía dos grandes preocupaciones conceptuales en mente. Una vinculada a la idea de “religiosidad popular” habitualmente entendida como fenómeno propio de las clases, pero también de carácter alternativo a lo oficial o contestario desde el punto de vista político o social. Otra preocupación estaba ligada a la forma para mi improductiva en que se definía lo que podría concebirse como la “unidad de análisis de las ciencias sociales de la religión” (o sea las religiones en base a un punto de vista que podría llamarse denominacional). Desde este punto de vista términos como Catolicisimo, Protestantismo, Judaismo, Budismo designan unidades internamente homogeneas que se distinguen nítidamente de otras y, en tanto “grandes religiones establecidas” parecen ser el ideal de organización y desarrollo de toda experiencia religiosa. Frente a esas dos preocupaciones se desarrollaron entrelazados los argumentos de este texto.
I
Respecto de la primera cuestión: no solo me interesaban fenómenos periféricos a las grandes organizaciones religiosas o aquellos que tenían una voluntad de cuestionar la línea oficial de organizaciones religiosas establecidas sino, también, y más, aquellos fenómenos que daban cuenta de percepciones, evaluaciones propias de sujetos del mundo popular sea en su inserción en el catolicismo o en el pentecostalismo “oficiales”, sea en su participación en un altar, un consultorio espiritual o en un santuario del gauchito gil. Y en ese contexto me interesaba dar cuenta de una dimensión transversal a varios espacios religiosos: la de la religiosidad de los sujetos del mundo popular en tanto una sensibilidad relativamente sedimentada, capaz de perdurar y operar efectos dentro de distintos tipos de organizaciones religiosas, funcionando como una clave interpretativa de esa religión. Esa sensibilidad no es una inercia sino un resultado permanentemente reactivado de prácticas y nociones de lo sagrado. Es, además, una construcción del observador que en detecta a lo largo de un conjunto de casos, unos denominadores comunes, principios más o menos abstractos que se mantenían pese a su inscripción institucional, temporal y nacional. La posibilidad de esa operación la ofrecieron en ese momento tanto la extensión de mi trabajo de campo como, sobre todo, la acumulación de una masa crítica de datos que surgieron de una cultura académica que había intensificado la producción en general y en el area de estudios sobre religión en particular. En esa sensibilidad subrayaba algo así como una cosmovisión que presuponía una idea específica del milagro, de la totalidad de la que participan los hombres y de las relaciones entre los hombres. En tanto construcción del observador esta sensibilidad resultaba de una tentativa de realizar una etnología surgida de una serie de monografías de cuño etnográfico así como de estudios sociológicos cualitativos. En esa etnología enfocábamos un nivel analítico intermedio entre estructuras inconscientes de larguísimo plazo y lo inmediatamente vivido que era también el resultado de las interacciones entre esos dos niveles.
Una lectura que no tuviese en cuenta esta lógica de construcción de los conceptos de lo holista, lo cosmológico y lo relacional caería rápidamente en la acusación de esencialismo o culturalismo con la que se corre siempre el riesgo de desentenderse de un hecho: hay dimensiones agregadas y relativamente estabilizadas del orden social. No tienen la fijeza de las piedras, pero no se disuelven fácilmente ante la renovación de las generaciones, las instituciones o los dogmas. Están antes de todo eso y los reinterpretan sistemáticamente en una dirección.
II
Una idea atendía a la segunda preocupación: las “religiones” no solo son mucho mas heterogéneas internamente de lo que se presupone cuando se las describe como unidades contrastivas y diferenciadas sino que poseen principios de organización de las prácticas creyentes que resultan transversales a esas mismas denominaciones religiosas. Siguiendo esa idea es posible entender que las religiones se distinguen o asemejan mucho más a partir de la presencia de esos principios transversales que de autoproclamaciones que responden al momento valido, pero parcial, de la necesidad de distinguirse de otros grupos en momentos de rivalidad o competencia. Así la primera cuestión, la de las sensibilidades que atraviesan las denominaciones religiosas, en el caso de éste artículo, la sensibilidad cosmológica, holista y relacional venía a darnos una herramienta para resolver la segunda de las preocupaciones. Hasta cierto punto la combinación de estas dos premisas permite hacer un contrapunto con definiciones de lo religioso que mas que depender del conjunto de los actores que definen una denominación religiosa se atá al punto de vista de los enunciadores oficiales incluso con todas las distancias críticas que suele declarar la ciencia social que, sin embargo, termina alimentando sus posiciones de la interlocución con ese actor apriorísticamente privilegiado.
III
Se insistirá a lo largo del texto en una idea central que subrayamos acá: el principio cosmológico presente hasta ahora en la sensibilidad religiosa de los sectores populares, mayoritariamente pero no exclusivamente en esos grupos, implica una posición totalmente diferente de la idea de milagro. Mientras para las concepciones “modernas” este es lo extraordinario y lo inexplicable en las concepciones cosmológicas se usa la expresión milagro para describir y explicar la realidad a partir de un nivel más que se agrega a las determinaciones de lo real. En esa doble significación del milagro, en la sobreimpresión de las características con las que lo concibe la modernidad por sobre la mirada cosmológica se halla asentada una relación de fuerzas. Pero la persistencia, los efectos de sentido que crea esta última concepción a través de las más diversas instancias religiosas muestra que esa relación de fuerzas no está congelada sino en permanente discusión.
Publicado originalmente como Postfacio a la reimpresión de «Cosmológica, Holista y Relacional: Una corriente de la religiosidad popular contemporánea» en el libro Argentina Evangélica: Estudios socio-antropológicos sobre misiones e iglesias. César Ceriani Cernadas y Mariana Espinosa, comp. Santiago del Estero: Bellas Alas. 2018. pags 281-283. El trabajo fue originalmente publicado en el 2001, como un artículo en la revista Ciencias Sociales y Religión/Ciências Sociais e Religião v. 3, n.3. pp 45-74.
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