por Leonel Tribilsi (CEIL/CONICET)
El pasado lunes 6 de enero por la mañana Evo Morales Ayma, quien se encuentra en el país en calidad de refugiado, se reunió en la Isla Maciel, Avellaneda, con integrantes de la comunidad boliviana que allí reside y con representantes del Grupo de Curas en Opción por los Pobres (COPP). El encuentro tuvo lugar en la Fundación Isla Maciel que dirige el sacerdote Francisco «Paco» Olveira y en el histórico club barrial La Pandilla. Evo Morales mantuvo una conversación privada con los Curas y más tarde se acercó a un colmado salón del club barrial donde dio un discurso para la comunidad boliviana. Entre otras cosas, adelantó algunas de las próximas iniciativas políticas de cara a las elecciones previstas para el mes de mayo en Bolivia en las que, junto al Movimiento Al Socialismo (MAS), pretenden recuperar la presidencia que Jeannine Áñez y compañía hubieron de arrebatarle recientemente. Además, siendo 6 de enero la celebración de los Reyes Magos, Evo Morales participó de la tradición obsequiando juguetes a les niñes presentes. Finalmente, el mandatario boliviano fue agasajado en un almuerzo con platos típicos de su país que hubieron de prepararle las vecinas de la Isla Maciel.
La “opción por los pobres” en la Isla Maciel
El padre «Paco», como le dicen sus allegados, fue el sacerdote encargado de la parroquia y del convento de la Isla Maciel durante más de doce años, hasta que a finales del 2018 el obispo Rubén Frassia decidió restituirlo a la diócesis a la cual Olveira pertenece, la de Merlo-Moreno. Siendo uno de los miembros más destacados del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, Olveira gestionó esta reunión con Morales en un sitio que ya cuenta con su propio historial en materia de relaciones políticas. La Isla Maciel ha recibido la visita y colaboración de diversas figuras públicas como la de Hebe de Bonafini y las Madres de Plaza de Mayo, la del intendente Jorge Ferraresi e incluso la de la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en el 2016. Esto tiene que ver, en parte, con la pujante personalidad de “Paco” y su carisma para establecer contactos; y en parte también con el compromiso político que asumen los miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres.
Considerados a sí mismos como herederos o continuadores de las experiencias del catolicismo liberacionista desarrollado en Latinoamérica tras la década de 1960, y de la cual el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo (MSTM) es tal vez la expresión más renombrada, esta agrupación tiene una profunda afinidad con el movimiento peronista. El propio Carlos Mugica, sacerdote asesinado por la Triple A en la antesala del golpe de Estado de 1976, hubo de hacer pública su “opción por el peronismo” entendiendo que la del Partido Justicialista era la forma más adecuada para estar al servicio del pueblo y, por lo tanto, de cumplir con el Evangelio. De todas formas, a pesar de la afinidad para con aquéllas experiencias, luego de su interrupción debida a la dictadura, en la actualidad impulsan una amplia gama de reivindicaciones cuyos ejes más sobresalientes son el reclamo por las violaciones a los derechos humanos, la búsqueda de mayor democratización y ampliación de derechos, y el enfrentamiento al neoliberalismo y sus efectos más nocivos.
En esta línea, los miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres procuran vivir en los barrios humildes, junto a la gente a la que sirven, y, en la medida de sus posibilidades intentan generar lazos solidarios que permitan mejorar su calidad de vida. Así lo menciona Olveira:
“Yo vivo como un cura en un barrio, que intenta acompañar la vida de ese barrio y los sufrimientos de ese barrio también. No es una cuestión estrictamente religiosa; para mi es tan religioso hacer un bautismo como cortar una ruta si tenés que cortarla”.
En el caso de Olveira y la Isla Maciel, además de la parroquia, el convento y la capilla que hubo de administrar durante más de doce años, la Fundación Isla Maciel, que él mismo forjó, le permitió complementar el anclaje social con la comunidad barrial. Desde ese espacio, y con la colaboración constante y creciente de un equipo de profesionales de toda índole y de simples vecinos y vecinas comprometidos, se impulsaron numerosos proyectos sociales. Se realizaron planes de ayuda solidaria para el mejoramiento o construcción de viviendas, programas de asistencia psicológica y jurídica a personas con diferentes clases de vulnerabilidades, proyectos artísticos para jóvenes y niñes, enseñanza de oficios varios, la construcción de una biblioteca y el mantenimiento de un ropero solidario, por nombrar solo algunos de los proyectos que se han puesto en marcha y que aún continúan funcionando. En muchos casos, la colaboración activa de la intendencia, a cargo de Jorge Ferraresi, ha sido nodal; en muchos otros lo fue la colaboración desinteresada de infinidad de personas e instituciones que han realizado donaciones materiales y que han aportado su tiempo y esfuerzo.
El posicionamiento explícito de miembros de la Iglesia por alguna vertiente de la política partidaria no suele ser bien vista por parte de las corrientes más conservadoras de dicha institución, especialmente por la jerarquía. En este sentido, la relación entre Olveira y el obispo Rubén Frassia se mantuvo en un tenso equilibrio que se veía amenazado cada vez que alguna de las iniciativas o declaraciones del sacerdote cobraban polémica notoriedad en los medios de comunicación. Según dijo Olveira en aquél entonces: “es una relación que me deja hacer, me deja trabajar, se banca muchas cosas que él [el obispo Rubén Frassia] seguro no está de acuerdo”. No solo la orientación político partidaria aportó elementos para esta silenciosa confrontación, sino que, y tal vez con especial énfasis, las posturas sobre temas candentes para el catolicismo, como el matrimonio entre personas del mismo género, el celibato de los sacerdotes, o el aborto, han sido problemáticas.
En el 2018, la aparición de una nota en Infobae titulada “Francisco ´Paco´ Olveira, el cura que está a favor de la despenalización del aborto y el preservativo” hizo decantar el conflicto y la ruptura, aun cuando en el cuerpo de la nota no se corroboraba cabalmente lo que el título prometía. Tras eso, aunque sin hacer referencia al episodio mediático, el obispo Frassia le comunicó a Olveira que, a fines de ese año, la diócesis de Avellaneda ya no requeriría sus servicios pastorales, con lo cual debería regresar a la diócesis a la cual pertenece originalmente, la de Merlo-Moreno. Una vez reubicado Olveira, el principal dispositivo de su proyecto en la Isla Maciel pasó a ser la Fundación que él mismo preside, ya que al tener carácter de asociación civil es independiente de la administración eclesiástica. El nuevo párroco designado, Mario Ghisaura, no logró ganar la adhesión, ni mantuvo la continuidad, de la feligresía que pastoreaba “Paco”. Más aún, algunas de sus actitudes, como el borramiento de murales y la eliminación de simbología relativa a mártires católicos, como el mencionado Carlos Mugica o el recientemente beatificado Enrique Angelelli, provocaron un fuerte rechazo por parte de la comunidad parroquial. En broma, pero significativamente, una de las colaboradoras de la Fundación, Alicia Velázquez, opinaba el lunes que “tras la salida de “Paco” me convertí en atea”.
A pesar de este reciente cambio, la Fundación Isla Maciel permite que «Paco» mantenga buena parte de las relaciones vecinales que supo forjar en el territorio y los proyectos vigentes sostienen el nexo comunitario y solidario en el territorio. La comunidad boliviana, compuesta por inmigrantes del país vecino, y por siguientes generaciones ya nacidas en la Argentina, si bien conserva las costumbres y prácticas de dicha idiosincrasia, es parte integral de la más amplia comunidad barrial de la Isla Maciel con la cual la Fundación mantiene diversas relaciones.
Evo, el golpe y las elecciones
Una de las principales preocupaciones de los miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres era dejar en claro su repudio frente a lo que, según ellos, ha sido un inaceptable uso político de la biblia y de los valores del catolicismo por parte de la autoproclamada presidenta de Bolivia Jeaninne Áñez y sus aliados, en particular Luis Fernando Camacho. Por supuesto, este repudio se enmarca en otro mayor que implica entender al proceso que alejó a Evo Morales del parlamento como un golpe de Estado, lo cual es motivo de fuerte disputa. En este sentido, el ejercicio soberano por parte de Áñes constituiría un accionar ilegal y la investidura presidencial continuaría correspondiéndole a Morales ya que, según ha dicho él mismo, si bien presentó su renuncia con la intención de evitar la escalada de violencia, la misma no fue considerada por la Asamblea Legislativa.
Asimismo, se denuncian la represión estatal desatada tras esos hechos y que ha dejado decenas de muertes, la bochornosa persecución de la que han sido víctimas tanto Evo Morales como otros altos funcionarios -amenazas de muerte e incendio de viviendas mediante-, la suspensión de las garantías democráticas, el silenciamiento de las disidencias y las voces del periodismo no oficial, y el desconfiado accionar de las organizaciones internacionales destinadas a arbitrar el proceso electoral que ha quedado trunco. En este escenario, Evo Morales y su partido político, el MAS, apuestan a una campaña que les permita resultar victoriosos en mayo, aun con la proscripción del propio Evo.
La estrategia de campaña todavía no es clara, pero algunos elementos pueden imaginarse anticipadamente. La visita de Evo a la comunidad boliviana de la Isla Maciel puede tomarse como una muestra preliminar en pequeña escala de la misma. En primer lugar, el énfasis estará puesto en los indicadores favorables que cosecharon las gestiones anteriores de Evo Morales. Entre otros, los relativos al crecimiento del PBI, la reducción de las tasas de pobreza y de analfabetismo, y los beneficios generados gracias a la nacionalización de los recursos naturales. De estos logros, y muchísimos más -100 en total-, versó un video que fue proyectado en el club La Pandilla entre aplausos y ovaciones del público presente.
En segundo término, es dable pensar que el gobierno de Alberto Fernández es aliado y que la presencia de Evo Morales en la Argentina es favorable en más de un sentido. Con la añoranza de un frente representante de la Patria Grande, que no hace mucho tiempo fue integrado por Néstor Kirchner, Hugo Chávez y Lula Da Silva, las alianzas regionales tienen una gran importancia. Pero también la proximidad y el constante fluir migratorio entre ambos países vecinos ha influido en la mudanza de Evo desde el también aliado México hacia la Argentina post Macri. La comodidad que ello implica para toda gestión es un punto favorable, y lo mismo para con el electorado. El modo en que evo se dirigió a la comunidad boliviana de la Isla Maciel tuvo la impronta de una alocución orientada a futuros votantes. Tal vez sea un ensayo, o tal vez resulta que el caudal de votos cosechables en la Argentina no sea para nada desdeñable. Con todo, el anuncio de un próximo acto político en el club Deportivo Español, con la finalidad de lanzar la campaña para las elecciones de mayo y posiblemente anunciar la fórmula que presentará el MAS, ha sido el más importante de los anuncios de la jornada.
El día del niño y la carta
Los miembros del Grupo de Curas en Opción por los Pobres también remarcaron que el golpe a Evo tiene un fuerte componente racista ya que entienden que, además de los indicadores arriba mencionados, los logros de los gobiernos de Morales han tenido que ver con el reconocimiento de las diferentes expresiones étnicas presentes en su país. Al momento de describir las bondades para con los históricamente postergados pueblos originarios, resuenan palabras tales como “orgullo” o “dignidad”. Resulta simbólicamente significativo que miembros de la iglesia católica, como lo son los sacerdotes del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, se comprometan con los derechos de estas comunidades que se reconocen descendientes de aquéllos habitantes del continente colonizado mediante un proceso genocida en el que el cristianismo ha sido un elemento protagónico. La restauración de esta dignidad es un elemento que las elites, preferentemente blancas, no terminan de digerir, y esta indigestión pareciera ser también un componente de la violencia golpista.
Los conflictos y disputas al interior del catolicismo se reflejan asimismo en la defensa de elementos simbólicos como son la Wiphala y la Biblia. Para el grupo golpista, la Biblia emergió como elemento de una supuesta restauración del orden (¿occidental?) con el cual enfrentaron a la Wiphala entendida en términos de vicio. Esta concepción fue apoyada por una predominante facción conservadora del clero boliviano e incluso por parte algunas iglesias evangelistas. Sin embargo, no todo el clero apoya esta noción, aun al interior del catolicismo es posible hallar expresiones dialoguistas en donde el respeto y la convivencia de las cosmovisiones proponen escenarios de unión y paz. En este sentido es posible comprender la presencia simbiótica de elementos del culto a la Pachamama junto a la simbología cristiana durante la celebración en la Isla Maciel. Los sacerdotes del mencionado Grupo portaban estolas con la colorida Wiphala y junto a la estatua que representa a la Virgen de Luján se dispusieron las distintas ofrendas que se le brinda a la Pachamama según la tradición andina. Por un lado la denostación de estos símbolos, por el otro la revalorización de los mismos.
La dulzura de la tarde en que Evo visitó la Isla Maciel fue coronada con la sonrisa de las niñas y los niños. La también cristiana tradición invita a obsequiar juguetes a los pequeños quienes tienen la ilusión de haberlos recibido de manos de unos lejanos Reyes Magos que hace dos mil años anunciaron el nacimiento de un líder profético y salvador. No es el desierto de Medio Oriente, pero la comunidad y la Fundación Isla Maciel consiguieron numerosas donaciones de juguetes, que Evo Morales repartió a las y los más pequeños. A cambio Evo Morales recibió afectuosos presentes, libros, cuadros, estatuillas, e incluso una preciosa carta que le leyó una niña, Analía:
“Hola Evo, mi nombre es Analía, tengo once años. Cuando mis papás me dijeron que ibas a venir me volví loca, siempre te quise conocer. Bueno, espero que vuelvas a venir a la Isla Maciel que te vamos a estar esperando con los brazos abiertos. Gracias Evo por devolverle el orgullo a los bolivianos.”
La jornada, en definitiva, ha sido muestra de la existencia de iniciativas de complicidad y solidaridad continental que abarcan mucho más que meros proyectos políticos u orientaciones en materia de gestión de los recursos económicos. Por esta razón, resulta de un gran incentivo las presencias y adhesiones de representantes religiosos, como la de los integrantes del Grupo de Curas en Opción por los Pobres, con la evidente carga simbólica que ello implica. El apoyo de esta parte del clero, acreditado por su linaje y refugiado en determinados gestos que brinda el papa Francisco, habilita el diálogo y la proyección de unidad entre la Biblia cristiana y las tradiciones de la Pachamama, con los que se le hace frente a las concepciones más restrictivas del arco conservador. La importancia de esta puja de sentidos cobra relevancia si se tiene en cuenta que la Patria Grande a la cual hacen referencia estos proyectos atraviesa a buena parte de la población continental y no solo a la hermandad entre bolivianos y argentinos.
Muy buena nota Leonel!! Refleja cabalmente tanto la obra del P. Paco como la realidad y vivencias de la comunidad organizada del barrio.Ah,el P Ghisaura fue removido de su función en la Isla gracias a la movilización y petición de lxs vecinxs ante su actitud autoritaria y de inquisidor. Felicitaciones Leo!!!
Sos un genio Leo! Buscando material para los estudiantes de la escuela encuentro esto!
Me lo llevo!
Muchos éxitos!