Entre Ovnis, osnis y monstruos lacustres en Salta

Vista área del diseño del Ovnipuerto de Cachi

 

Lo exótico y misterioso como atractivo turístico en los Valles Calchaquíespor Fabián Flores (UNLu/CONICET) y Claudio Cáceres (UNLu/CONICET)

Ubicados en el sector noroeste de la República Argentina, los valles Calchaquíes constituyen una depresión geológica que se extienden en sentido norte-sur a lo largo de 520 km. En Salta, se encuentran ocupando el centro de la provincia, mientras en Tucumán se ubican al oeste para extenderse hasta la porción noreste de la provincia de Catamarca. En Salta, los departamentos que contienen a los Valles Calchaquíes son La Poma y Molinos, al norte; Cachi en el centro y San Carlos y Cafayate al sur[1].

El departamento de Cafayate presenta mayor dinamismo poblacional, productivo y económico del Valle y ejerce una fuerte influencia sobre los otros (Cáceres, 2018). Son dos las grandes fuentes laborales de este sector: la producción vitivinícola y el turismo. Esta última, se relacionó con varios sectores tales como la gastronómica, locales recreativos, el transporte y el comercio. A su vez, en el departamento de Cachi, las intervenciones territoriales, asociadas al turismo van en aumento. Algunas de ellas, tienen que ver con lo vitivinícola, otros con una demanda turística de extrema exigencia, que han generado un tipo de ‘turismo de elite’ en este sector de Salta. Otro de los aspectos turísticos embrionarios en los valles (aunque en ascenso) está vinculado con la puesta en valor de lo esotérico, lo místico y/o lo fantástico. Se pone énfasis en estos aspectos novedosos del turismo en los departamentos ubicados al centro y sur, debido a que son éstos los que han sufrido en los últimos años distintas valorizaciones para el mercado turístico.

Específicamente, se aborda la diversidad turística de los Valles Calchaquíes salteños apelando a conocer cómo se redefinen sus atractivos y como emergen nuevos circuitos elaborados para recorrer y disfrutar la zona. Se hará especial atención a cómo el mercado turístico (re)elabora su discurso apoyándose en narrativas espaciales que están orientadas a enaltecer lo exótico, lo místico y lo fantástico de los Valles, recientemente devenidos a atractivos turísticos.

Ovnipuerto de Cachi

 

Ovni turismo: definiciones, actores, lugares

Dentro del amplio abanico de modalidades turísticas de lo sagrado, el turismo extraterrestre (Tarlow & Mills, 1998) o turismo ovni (Otamendi, 2008a; 2008b; 2015) subyace como una actividad en expansión en el mundo. Alejandro Otamendi, uno de los referentes de los estudios del turismo ovni, lo define como “una variante peculiar de las actividades turísticas que privilegia o se apoya en el imaginario cultural de las narrativas sobre ovnis y extraterrestres, las cuales conforman el marco de significado que guía la conducta y orienta la experiencia de los turistas en los sitios visitados.” (Otamendi, 2015: 49).

Los lugares de destino del turismo ovni y los procesos de construcción de la atractividad están atravesados por complejas tramas sociales y culturales que necesitan ser historizadas para entender los resultados finales, y advertir cómo ese atractivo se inserta en una cartografía más amplia de sitios vinculados a esta tipología y, a la vez, cómo dialoga con otro tipo de atractivos y otras modalidades turísticas.

En general, podemos advertir que hay tres formas en las que se manifiestan los atractivos del turismo ovni: por un lado, los fijos, como puede ser un cerro, una laguna o una zona en torno a la cual es posible experimentar avistajes y desarrollar prácticas; por otro lado, los flujos, o sea las rutas de avistamiento que no se encuentran en un solo punto, sino que configuran un circuito; y por último, los eventos que suelen convocar a un amplio y heterogéneo público que acude a participar de encuentros y jornadas. Éstas habitualmente se dan en lugares que cuentan con fijos o flujos relacionados a la temática ovni.

El mapa de los atractivos ovni en la Argentina se concentra en torno a una serie de sitios que se vinculan con la posibilidad de avistajes, museos, rutas ufológicas, sitios emblemáticos donde ocurrió algún fenómeno o eventos de la materia.

Podríamos mencionar dos lugares que constituyen los más significativos en torno a la geografía del turismo ovni en la Argentina: Capilla del Monte, en Córdoba y Victoria, en Entre Ríos. Con diferente importancia, resultados y procesos de producción como espacios turísticos, ambos constituyen dos destinos visitados dentro de la modalidad.

Capilla del Monte, o la Zona Unitorco (Otamendi, 2015) es el sitio más importante de la Argentina al respecto. Su invención como espacio de turismo ovni se consolidó a partir de la década de 1980 con la influencia de los medios de comunicación primero, y el episodio del Cerro Pajarillo[2], después. Estas narrativas se impusieron generando en las décadas posteriores, y hasta la actualidad, un boom turístico vinculado a las experiencias extra e intra terrestres que constituye una importante fuente de recursos para la comarca serrana.

El caso de Victoria está más vinculado a un fijo (un museo) y a una persona en particular. Se trata de Silvia Pérez Simondin, una ufóloga que se instaló en esta ciudad entrerriana, fundó una asociación (Visión Ovni) para estudiar el fenómeno ovni en la zona, y organizó el Museo Ovni que fue declarado de Interés Turístico Municipal y promocionado desde la Oficina de Turismo de Victoria, insertándolo en un esquema de “atractivos” locales. Lejos de la villa ufológica de Capilla del Monte, el Museo Ovni es el segundo atractivo en la escala nacional en lo que se refiere a esta heterodoxia turística (Flores, Cáceres, 2019).

En los últimos años, con el impulso de las redes sociales, el auge de la turistificación de lo exótico, lo misterioso y lo fantástico, los cambios en las prácticas y morfologías del creer y la ampliación del mercado turístico, nuevos sitios se comienzan a imponer en el esquema del turismo ovni nacional: Gualeguychú (Entre Ríos); Villa Ventana (Buenos Aires); Río Turbio (Santa Cruz); Nevado del Piltri (Bolsón, Río Negro); Talampaya (La Rioja); Villa de Merlo (San Luis); Piedra de Isidris (Mendoza)[3]; General Belgrano (Córdoba)[4] y Cachi (Salta). Sobre este último, ahondaremos en las próximas páginas.

Señalización del Ovnipuerto por el Municipio de Cachi

 

La atractividad de los Valles: fusión entre naturaleza, fantasía y misticismo

Sobre la definición de los atractivos de los Valles Calchaquíes hemos discutido en varios trabajos previos (Cáceres, 2014; Cáceres y Troncoso, 2015; Cáceres y Troncoso, 2016) con el objetivo de evidenciar la valorización simbólica y material de ciertos elementos de la naturaleza y la cultura vallista, devenidos en verdaderos atractivos que erigen la imagen turística del Valle y lo promocionan en los distintos soportes publicitarios. Se han sistematizado y analizado diversos materiales[5] turísticos de los Valles Calchaquíes de la provincia de Salta, que dan cuenta de las distintas maneras en la que este destino es promocionado en las últimas décadas.

Los materiales de promoción analizados, indican que el relieve de los Valles Calchaquíes de Salta, constituyen un ‘geositio de valor universal, un lugar mágico’[6], ‘paisaje mágico y muy distinto’[7] que hará del tránsito de los turistas por este espacio, una ‘aventura inmemorable’[8]. También el Valle es presentado como un lugar ‘donde los ojos no dejan de maravillarse por la diversidad de colores y formas’[9]. En efecto, los colores de las afloraciones de roca desnuda aparecen con cierta importancia en los materiales de promoción. Se destacan ‘esos ocres y colorados que se esparcen constantes sobre los cerros y quebradas’[10]. Asimismo, las variadas geoformas que se encuentran en el Valle, son quizás los elementos que más se encuentran publicitados. Otra de las cuestiones que se promocionan hacen alusión al cielo de los Valles, referenciando al ‘eterno cielo azul’[11], a ‘un sol implacable, un cielo límpido y azul’[12], que generan ‘atardeceres irrepetibles’[13], aunque también se advierte que, ‘en verano se presentan lluvias repentinas y breves’[14]. A menudo, se asocian estas afirmaciones con imágenes de distintos sectores de la zona y el contraste que ocasiona el reflejo del sol en las laderas de los cerros. Por otra parte, poseen un lugar destacado en los materiales de promoción, las características que adopta la hidrografía. Las imágenes que los presentan, van acompañadas de frases que indican que en este sector de la provincia ‘los ríos insisten en fluir’[15], que ‘aquí se puede disfrutar a pleno de la naturaleza’[16], ya que ‘el agua danza en cascadas en un escenario de rocas’[17].

En los materiales analizados, en muchas ocasiones se hace referencia a la relación existente entre la naturaleza y la cultura. Resulta difícil disociarlas debido a que en la folletería se exalta tal simbiosis, se recurre a una para explicar a la otra. Así, es común que se promocione a este destino como un territorio que ‘deslumbra por su armónica combinación de naturaleza, historia y culturas vivas, fuertemente arraigadas a la tierra’[18]. Uno de los aspectos que más refleja tal imbricación, tiene que ver con lo productivo, especialmente a los que refieren a la producción vitivinícola en los Valles. Aquí, ‘la región ha sido naturalmente dotada de tierras propicias para el milagro del buen vino (…), donde la caricia de la brisa de las montañas sacude sus racimos y el eterno cielo azul resguarda sus frutos, la vid salteña resiste orgullosa para entregar algunos de los vinos más famosos de Argentina’[19]. En otro material se puede encontrar referenciada la ‘fusión del paisaje natural y la cultura, que hicieron de esta zona un atractivo mundial’[20].

En suma, la altura sobre el nivel del mar, el color de los cerros, el cielo despejado y diáfano, las geoformas que va adquiriendo el terreno al paso del río Calchaquí, las vertientes naturales y los saltos de agua que se generan y la fusión con los aspectos culturales y productivos, son los elementos distintivos de los Valles Calchaquíes, generando de alguna u otra manera la imagen visual del destino.

Asociado a lo místico, lo fantástico y lo exótico, los distintos materiales y soportes que tienen a su cargo la promoción de estos lugares salteños comienzan a anunciar nuevos atractivos y recorridos que hacen referencia al fenómeno ovni. Estos recorridos, son aprovechados por los diversos prestadores de turismo de la zona, incluidos las secretarías de turismo municipales. En efecto, en una publicación de alcance provincial, se presenta la nota central como “Salta, tierras de ovnis”[21].  En ella se destaca a la provincia como una tierra de ‘enigmas’ y que, el misterio de las apariciones de ovnis, son cada vez más frecuentes. Entre todos los lugares de la provincia en los que se han registrado avistamientos de estos fenómenos, Cachi (en el extremo norte del valle Calchaquí) es donde “más veces y con mayor facilidad”[22], han tenido presencia. En esa nota, se destaca firmemente, que estos avistamientos se desarrollan en “parajes solitarios, zonas de montañas, selvas o en ríos y diques”[23], intentando resaltar una ‘conexión especial’ entre este tipo de situaciones con las características físico-naturales del área. Tal es la importancia del departamento de Cachi en relación a estos misteriosos avistamientos, que ha cobrado fama internacional entre los expertos e investigadores interesados en el fenómeno ovni, quienes a mediados del 2011, realizaron el 1º Encuentro de Ovnilogía de la provincia de Salta[24]. Ese evento estuvo organizado por un periodista local que sostuvo haber tenido una experiencia sobrenatural con ovnis y un empresario hotelero asociado a estas narrativas. En esa oportunidad disertaron algunos especialistas del tema y funcionarios del municipio local.

Werner Jaisli, creador del ovnipuerto y generador de la narrativa ovni en Cachi

Werner Jaisli, de nacionalidad suiza que vivía en Cachi, fue unos de los personajes más emblemáticos y esperados para el 1º Encuentro de ovnilogía. Lo que vuelve especial a esta persona es su narrativa, pues aseguró haber tenido una experiencia metafísica a través de ‘contactos telepáticos’ con seres extraterrestres en noviembre del 2008. Varios medios locales, nacionales e internacionales, se hicieron eco de la situación. En efecto, el portal de noticias Infobae, retrataba la escena de la siguiente manera: “era la medianoche del 24 de noviembre de 2008. En el pueblo había una fiesta, mucha algarabía y de golpe todo se apagó, como si el tiempo se detuvo. En la oscuridad total aparecieron dos objetos luminosos, que avanzaron sobre el río Calchaquí. Estaban a la altura de mis ojos, desde mi posición. Eran sólidos, circulares y como de metal bruñido. No sé por qué, pero mentalmente les pedí que se acercaran y lo hicieron. Estaba con un vecino, Luis y los objetos proyectaron sobre nosotros un haz de luz. En ese momento, algo comenzó a pasar en mi interior, sentí un mandato, una misión: Me pidieron telepáticamente que construyera un ovipuerto[25].

El ovnipuerto (que efectivamente fue construido) se ubica a unos 4 km del centro de la localidad de Cachi y se compone de una estrella central de 36 puntas y 48 metros de diámetro y al medio de la cual hay otra menor, del mismo color pero de 12 puntas. Aunque de acceso libre, el ovnipuerto es administrado y gestionado por la Municipalidad de Cachi. De esta manera, el estado municipal incorpora la creación de Jaisli, en sus circuitos turísticos a través de la folletería y de los informes en la Dirección de Patrimonio, Turismo y Cultura de Cachi.

Tras la construcción del ovnipuerto, Werner Jaisli ‘desapareció’ del lugar, lo que llevó a que se alimentaran varios mitos, redundando en la llegada de algunos pocos turistas avezados en la ufología. Así, estos viajeros, visitan Cachi buscando conocer la obra de Jaisli pero, además, saber qué pasó con él. Entre las narrativas más nombradas: (i) es que regresó a su país natal; (ii) debido a un inconveniente con la justicia local, se encontraría cumpliendo una condena y (iii) la que más inquietud presenta entre los especialistas, es que el creador del ovnipuerto, habría sido abducido.

Lo cierto es que fuera cual fuera la causa de su desaparición, los relatos siguen estando y alimentan las expectativas e imaginarios de los visitantes que se acercan a esta zona del norte argentino, interesados en esta temática. Efectivamente, estamos asistiendo a la definición y creación de un nuevo atractivo que se suma a los ya consolidados del destino. Lo novedoso es que quienes idearon este tipo de atractivo, comienzan a crear, emplear y enaltecer discursos narrativos centrados en lo fantástico, lo místico y lo esotérico. Para ello, recurren a las experiencias y testimonios de avistajes de ovnis en la zona, que ayuden a estructurar a Cachi como centro neurálgico de la ufología. Con ese fin es que se han elaborado distintos recorridos y circuitos que incluyen la visita al ovnipuerto y a la caverna del suizo. “La caverna del suizo” era la modesta casa que habitaba Jaisli, que era una especie de cava en la tierra, de menos de dos metros cuadrados, donde poseía una litera, unos estantes y una cocina a leña.

Vista de la Laguna de Brealito

 

Otro de los casos que se suma a las experiencias asociadas a lo exótico y misterioso en los Valles Calchaquíes de Salta y que recientemente se han comenzado a ofrecer recorridos administrados por una agencia del centro de Cachi, tiene que ver con la Laguna de Brealito. Distante a unos 43 km de Cachi, la laguna “tiene la particularidad de no poseer salida, y mantiene su caudal con las aguas de lluvia que bajan de los cerros” (Ruiz Moreno, 2009:283). En este espejo agua se han reportado testimonios de ‘extraños fenómenos’ tanto sobre como por debajo del agua, “dando lugar a la presencia de OSNIS (objetos Submarinos No Identificados”[26]. En efecto, aquí las leyendas fantásticas como la del monstruo del Lago Ness, en Escocia, o la del ‘Nahuelito’ del sur argentino, son reinventadas para alimentar la fantasía y aumentar el misticismo del Valle. Asociado a este tipo de discursos, en una revista de turismo provincial se puede leer: “la laguna de Brealito da que hablar […] dicen que cuando se pesca mudo se puede ver salir del agua a la madre de los peces con escamas en su cuerpo de mujer, también se habla de que la laguna es un ojo de mar, y que nadie pudo medir que profundidad tiene”[27]. Tales discursos siguen abonando la narrativa de lugar fantástico que el mercado turístico (re)crea e incorpora a narrativas más amplias que son utilizados para elaborar circuitos que muestren un rostro desconocido o poco explorado (hasta el momento) del Valle Calchaquí salteño. No obstante esto, en los últimos años, se ha desmitificado el dilema respecto a la idea de que laguna tendría conexión con el océano Pacífico, al conocerse su profundidad máxima (41,6 metros y la media oscila entre 15 y 20 metros) y saber que la laguna posee agua dulce y diversidad de algas (las que impiden la vida marina y reducen la visibilidad, hasta anularla por completo).

Advertimos aquí, cómo esta creación de atractivos esotéricos, místicos o fantásticos pasan a constituir verdaderas commodities turísticas (Harvey, 2005) para el mercado postfordista de la actualidad. Es decir que, como mercancías turísticas se incorporan en paquetes ofrecidos por las agencias de viajes de turismo, al elaborar circuitos guiados por diversos paisajes del valle, valorizando elementos físico-naturales (color de las rocas, el nevado de Cachi; el cielo diáfano; etc.) y vincular discursos o narrativas en torno a lo paranormal. En cierta forma, este sector del Valle demuestra cómo el territorio se manufactura (en términos de producción social) buscando captar la atención de quienes visitan este sector de Salta, al diversificarles las opciones para el disfrute y permanencia en el lugar. En suma, los casos que aquí se analizaron muestran la conexión entre el entorno natural (cerros nevados, montañas, color de las afloraciones rocas, cursos de agua, etc.) con los fenómenos esotéricos, místicos y fantásticos. Quienes tienen a su cargo la gestión del destino exponen un esfuerzo denodado en articular ambas cuestiones en circuitos que están impulsando una nueva oferta, apostando a un tipo de turismo capaz de recibir unos visitantes con otras inquietudes turísticas.

Folleto de la Secretaría de Turismo donde se incluye al Ovnipuerto como atractivo a visitar

 

Conclusiones

Los cambios experimentados en las prácticas turísticas y las demandas de los viajeros se insertan en tramas amplias que dan cuenta del cambio social, cultural y económico que atraviesa la sociedad contemporánea.

Los bordes difusos, las experiencias sagradas novedosas y las transformaciones en las formas del creer habilitan el camino para pensar y repensar las categorías que habitualmente se utilizan para definir a las tipologías turísticas. En este sentido, cavilar en torno a la categoría de heterodoxias turísticas para referir a fenómenos novedosos y complejos que se sitúan en los márgenes de las prácticas convencionales facilita la tarea de describirlas y profundizar en su abordaje.

El caso de los Valles Calchaquíes opera como un interesante laboratorio para advertir como se plasman estas prácticas heterodoxas de múltiples formas y construyen espacialidades que merecen ser abordadas multidimensionalmente. Lo fantástico, lo misterioso y lo exótico emergen como marcos de sentido para la construcción de narrativas que producen atractivos localizables en algunos puntos del valle. Estas nuevas modalidades presentan algunas particularidades que merecen ser resaltadas:

Por un lado, los visitantes que consumen estos sitios lo hacen inmersos en makers que son apropiados por los agentes del sistema turístico (agencia, estado, emprendedores, etc.) y puestos en valor como atractivos. Sin embargo, por lo embrionario del proceso (tanto para el ovnipuerto como la Laguna Brealito) la mayoría de los que arriban a estos sight lo hacen en el marco de un conjunto de atractivos a recorrer en el contexto de los Valles. La visita es una parada más entre otros lugares a consumir, y son muy pocos los que expresan arribar a estos sitios exclusivamente. En este sentido, serían los ‘serendipitous tourists’ de la clasificación de Haq y Jackson (2006).

Por otro lado, y aludiendo al caso particular del turismo ovni, el ovnipuerto responde a un fijo situado en una ruta ufológica. Los arribados específicamente a consumir este tipo de experiencias solo lo hacen en el marco de eventos especiales, como el caso del I Congreso de Ovnilogía (que por cierto, se realizó por única vez en Cachi en 2011) o bien, a través de grupos aficionados a la temática que se vinculan en una red más amplia a nivel nacional.[28] Luego de la desaparición del mítico creador del ovnipuerto y de la caverna, este atractivo quedó controlado por el estado municipal que gestiona y promociona la práctica turística. En julio de 2019, el misterioso Jalil retornó a Cachi para incrementar las narrativas de su alejamiento y retorno a cumplir con la misión[29]

Finalmente, resaltar que las formas que adquiere este nuevo esquema turístico de los valles a partir de la aparición de estas heterodoxias parece retomar (aunque resignificado) el imaginario turístico emergente en los años ’40 de un espacio turístico “solo para entendidos”, claro que ya no necesariamente esa minoría capaz de apreciar la belleza de los valles, sino turistas capaces de animarse, adentrarse y saber contemplar esos exotismos que surgen como novedad turistificable.

[1] Según el Censo Nacional de Población, Hogares y Vivienda de 2010, todos los departamentos nombrados representan parajes eminentemente rurales, con un sistema vial y de comunicaciones sumamente precario. Asimismo, otra de las cuestiones que caracterizan al lugar, son los altos niveles de pobreza y marginalidad social en relación con otros departamentos de la provincia.

[2] En enero de 1986, luego de un avistamiento por parte de unos pobladores del lugar, aparece una gran mancha oval de pasto quemado en una de las laderas del cerro Pajarillo. Un año después, un gran incendio quema todos los pastizales del cerro pero la marca permanece sin alteraciones.

[3] http://turismo.mendoza.gov.ar/turismo_test/atractivo_detalle.php?id=2053 (última consulta: 07/05/2019).

[4] Se encuentra el Museo del Ovni de VGB.

[5] Los materiales analizados incluyen distinta folletería provenientes del sector privado y oficial; además de páginas de internet (de organismos estatales -en sus distintas escalas- y de prestadores privados), revistas especializadas, guías de turismo y artículos de periódicos que promocionan esta región provincial.

[6] Revista Norte Turístico, 2013: 80-81.

[7] Revista Lugares N° 214, 2014: 74.

[8] Revista Norte Turístico, 2013: 80-81.

[9] Revista Norte Turístico, 2013: 80-81.

[10] Ministerio de Cultura y Turismo de Salta, 2010: 18.

[11] Ministerio de Cultura y Turismo de Salta, 2010: 46. Publicación: ‘Salta. Argentina’.

[12] Revista Norte Turístico, 2013: 81.

[13] Secretaría de Turismo de Salta- Municipalidad de Cafayate, s/f.

[14] Nubes Magazine N° 7, Año 02, 2012:45.

[15] Ministerio de Cultura y Turismo de Salta, 2010: 18. Publicación: ‘Salta. Argentina’.

[16] Secretaría de Turismo de Salta- Municipalidad de Cafayate, s/f.

[17] Revista Norte Turístico, 2013: 71.

[18] Ministerio de Turismo de la Nación. s/f. Cartilla: ‘Norte: Mapa turístico. El refugio de las tradiciones y el arte precolombino’

[19] Ministerio de Cultura y Turismo de Salta, 2010: 46. Publicación: ‘Salta. Argentina’.

[20] Revista Norte Turístico, 2013: 81.

[21] Revista Nubes Nº 3, septiembre de 2011.pp 36.

[22] Revista Nubes Nº 3, septiembre de 2011.pp 36.

[23] Revista Nubes Nº 3, septiembre de 2011.pp 36.

[24] https://www.eltribuno.com/salta/nota/2011-6-13-22-11-0-desbordante-interes-por-encuentro-de-ovnilogia

[25] https://www.infobae.com/tendencias/2016/10/01/turismo-et-los-mejores-lugares-de-argentina-para-avistar-ovnis/ (consulta: 22/03/2019).

[26] https://www.infobae.com/tendencias/2016/10/01/turismo-et-los-mejores-lugares-de-argentina-para-avistar-ovnis/ (consulta, 22/03/2019)

[27] Nubes Magazine N° 7, Año 02, 2012:48.

[28] Un referente local es Antonio Zuleta, un investigador local del fenómeno ovni.

[29] https://www.eltribuno.com/salta/nota/2019-7-2-15-24-0-el-suizo-que-hizo-el-ovnipuerto-de-cachi-volvio-y-retomo-su-construccion-que-dijo

 

Share
Fabian Flores

Fabian Flores

Fabián Claudio Flores es profesor y licenciado en Geografía de la Universidad Nacional de Luján, Magíster en Ciencias Sociales con mención en historia social, Doctor de la Universidad de Luján con orientación en Ciencias Sociales y Humanas y miembro de la Carrera de Investigador del CONICET.
Publicado en Ensayos. Tagged with , , .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *