por Franco Olmos Rebellato (Universidad Católica de Córdoba/CONICET)
En los últimos años en América Latina, y particularmente en el Cono Sur, el estudio de las creencias y prácticas religiosas se ha visto atravesado por una serie de debates en torno a cómo analizar y caracterizar la religiosidad en la región. Algunas investigaciones, por ejemplo, han identificado un proceso de ruptura con el monopolio católico cuya consecuencia directa sería la pluralización de creencias -usualmente tematizada como un aumento de creyentes evangélicos (Parker Gumucio, 1993; Mallimaci y Giménez Beliveau, 2007). No obstante, este análisis ha sido cuestionado, entre otras razones, debido a la falta de estudios longitudinales que permitan realizar comparaciones (Frigerio, 2018). En términos de creencias y prácticas religiosas, diversas investigaciones señalan que la “autonomía”, la “desinstitucionalización”, la “individualización” y el “cuentapropismo”, constituyen algunos los rasgos de las personas creyentes (Mallimaci, 2013; Mallimaci y Esquivel 2015). En esta serie de debates y análisis se inserta el libro, Una modernidad encantada. Religión vivida en Latinoamérica, de Gustavo Morello. En él, buscará “comprender lo que la gente hace cuando practica religión en su vida diaria” (p. 63).
Para este libro -compuesto por un apartado de reconocimientos, una introducción, seis capítulos, una conclusión, un listado de las referencias bibliográficas empleadas y un anexo en el que reconstruye la biografía de las personas entrevistadas- Morello recurrió a los datos construidos en el marco de un proyecto de investigación internacional titulado: “Las transformaciones en la religiosidad vivida en América Latina. Un estudio de las experiencias de lo trascendente entre Latinoamericanos Urbanos”. El proyecto tuvo por objeto dar cuenta de las concepciones de religión en la vida diaria de personas de estatus socio-económico medio-alto y bajo en las ciudades de Lima (Perú), Montevideo (Uruguay) y Córdoba (Argentina). Para tal fin se realizaron dos encuentros en los que se entrevistaba a las mismas personas -en el segundo momento de entrevista se realizaba lo que se conoce como “elicitación de objetos” donde se pedía a las personas que trajeran o tomaran fotos de algún objeto que les resultara significativo o importante-.
Para esta publicación el autor decidió centrarse exclusivamente en las entrevistas realizadas a personas de estatus socio-económico bajo. En términos metodológicos, la muestra, diseñada de forma intencional y utilizando la técnica de “bola de nieve”, estuvo conformada por católicos, protestantes (se incluyen evangélicos, pentecostales y protestantes históricos), “no afiliados” (ateos, agnósticos, personas sin religión de pertenencia e indiferentes.), y finalmente una categoría denominada “otras afiliaciones” que incorpora, por ejemplo, a “budistas, testigos de Jehová, musulmanes, judíos, tradiciones de pueblos originarios, afrorreligiosos, cultos sincréticos, prácticas populares urbanas, etc” (p. 29). Concretamente, el libro busca responder a la siguiente pregunta: “¿Qué encontramos cuando analizamos la religión desde América Latina y desde los pobres, en vez de usar categorías establecidas y mirar preferentemente lo que hacen las instituciones religiosas?” (p. 35). Asimismo, y para abordar esta pregunta, resulta fundamental indagar los cruces e interacciones entre religión y modernidad tal y como son vividos por las personas entrevistadas en el contexto latinoamericano.
La decisión de centrarse en los sectores más postergados económicamente posee diferentes razones, pero podría decirse que el disparador inicial surge a raíz del rechazo de un artículo que Morello envía para publicar. Lo relevante, nos comenta, fueron las observaciones del evaluador para sustentar dicha postura. Entre otros comentarios, la revisión sostenía que las personas de sectores populares “presumiblemente tienen un nivel relativamente bajo de educación y una limitada capacidad de pensar en forma crítica, deben ser respetados, pero difícilmente pueden utilizarse para llegar a cualquier conclusión general sobre la religión en la esfera pública” (p. 33). La sorpresa -y molestia- generada por tales comentarios lo llevan a ubicar decididamente a los pobres en el centro de su investigación. Cabe destacar que este recuerdo, sumado a las referencias que el autor provee en el libro sobre su trayectoria y formación como sociólogo y sacerdote jesuita, no actúan como meros hechos anecdóticos, sino que justifican y explican la elección del tema de investigación. Como desarrolla Morello, “se trata de la tradicional ‘opción para los pobres’ del cristianismo latinoamericano traducida a una estrategia metodológica. En este estudio, los pobres no son meros objetos de investigación. Ellos son los expertos” (p. 35).
A su vez, esta afirmación es una muestra de los modos en que trayectoria y experiencia vital del investigador se entrelazan con aquello que se estudia. Y la escritura, en este caso, es un modo en que este vínculo es movilizado. En este sentido, el autor combina un estilo simple y directo -reconocible en publicaciones anteriores- con la claridad y rigurosidad conceptual requerida en el ámbito académico. Este punto se expresa en la explicitación y aclaración de las categorías conceptuales utilizadas. Por ejemplo, el autor propone -y expone en reiteradas ocasiones- una definición de religión que es reconstruida a partir del análisis de las entrevistas y consiste en “una relación humana con un poder suprahumano” (p. 42).
Pero, ¿qué tipo de abordaje es empleado para comprender y caracterizar esta relación? ¿cómo se expresa entre las personas entrevistadas? El tipo de abordaje empleado para explorar y comprender las creencias religiosas, y en el cual su obra se enmarca, es el de la religión vivida ( lived religion ) La lived religion presta atención a aquello que las personas hacen para entrar en contacto y vincularse en su cotidianidad con “poderes suprahumanos”. Con el foco en la vida diaria, este modelo atiende al amplio abanico de prácticas que intervienen y son movilizadas en el creer, esto es: aspectos materiales, corporales, sentires y discursos. De este modo, se corre la mirada de las instituciones religiosas -evitando con ello cierto sesgo cristiano céntrico- para centrarse en sus márgenes.
En cuanto a los modos en que se expresa la relación con lo suprahumano, Morello indica, retomando los aportes de los estudios de la religiosidad popular, que la autonomía se constituye en el rasgo distintivo en que la fe es expresada y vivida; de este modo, “las personas adoptan, alteran y crean símbolos y significados religiosos, utilizando como criterio si estos elementos los ayudan con su relación con un poder suprahumano o no” (p. 108). En este marco, la conexión con lo sagrado/sobrehumano abarca un amplio repertorio de prácticas que involucran activa y creativamente al cuerpo. Entre algunas de estas prácticas, se incluyen las oraciones -ya sea en su forma tradicional/institucionalizada o creada por los mismo participantes-, meditaciones, reflexiones y conversaciones. En el caso de las conversaciones, por ejemplo, los entrevistados relatan que entablan relaciones personales, de amistad o de cercanía con lo sobrehumano. El tipo de vínculo variará de acuerdo a las características o imagen que posea lo sagrado. En algunos casos, menciona el investigador, se trata de una relación que se establece con un familiar ya fallecido; en otros puede tratarse de dios, Jesús u “otras realidades sobre-humanas”.
Debido a que la religión sucede en la cotidianidad (sin un lugar y horario específico sino cuando sienten la necesidad), es necesario, indagar en esos momentos, espacios y contextos de la vida de las personas en los que las creencias se recrean, adaptan, mezclan y viven con todos sus sentidos. En definitiva, se trata, nos dice Morello, de tener en cuenta la “modernidad vivida”, las condiciones materiales en donde se mueve y toma forma la experiencia humana; los espacios concretos, materiales, en el que las personas se asientan y con los que lidian cotidianamente. Para avanzar en su análisis el autor se basa en las transcripciones de las entrevistas, notas de campo de los investigadores que participaron del proyecto y fotos. En este caso, la modernidad vivida es captada a partir de tres representaciones: “casa”, “barrio” y “vida al aire libre”. Estos ámbitos son descriptos en su especificidad y acompañados por fotos a color junto con sus epígrafes. Así, por ejemplo, para el ámbito del hogar (o la casa) algunos de los objetos señalados como significativos por los entrevistados lo constituyen los “altares domésticos”, es decir, espacios “eclécticos” en los que pueden convivir una imagen de l Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen María y una foto de Einstein (ver p. 122, foto 6).
Así como la religión supone una relación o un vínculo con un poder suprahumano y esto ocurre en la vida diaria de las personas, es razonable, señala el investigador, que las creencias religiosas desborden el ámbito privado de quienes practican y “hacen religión”. De aquí surge la pregunta por lo público, ¿cómo interactúa lo religioso, desde la óptica de los entrevistados, con la “esfera pública” en América Latina? ¿cuál es el lugar de los discursos y prácticas religiosas? Aquí se indaga en la figura del Papa Francisco, lo cual permite cierto ejercicio de comparación ya que es una persona conocida en las tres ciudades de estudio. Lo que destaca Morello en este punto del análisis es que, si bien la modernidad impuso la separación de esferas, hay ciertos discursos religiosos que encuentran validez y legitimación y otros que son rechazados -entre estos últimos, se menciona, por ejemplo, la “intromisión” del Papa y líderes rel igiosos en relación a cuestiones de derechos sexuales y reproductivos-. No obstante, la aceptación de la intervención de “lo religioso” en el ámbito público, advierte, no debe llevar a la conclusión de un “colapso” de la separación de funciones o esferas. En todo caso lo que sucede es que “la intervención religiosa es legítima cuando empodera a las personas, cuando hace reclamos por los postergados de la modernidad; no cuando las intervenciones los deja sin poder” (p. 215).
Descripto el panorama religioso latinoamericano de esta forma se plantea el interrogante acerca de cómo caracterizar y nombrar estos complejos procesos del creer. El término que, para el autor, logra captar de manera adecuada lo observado y analizado es el de “modernidad encantada”. Esta categoría postula la idea de que modernidad y religión, para las personas entrevistadas en las tres ciudades, se encuentran imbricadas. Para ellos, la religión, la conexión y relación con lo suprahumano, forma parte de su realidad diaria; no se trata de una dimensión independiente a la que acuden esporádicamente, más bien es una relación que no entiende de límites temporales y espaciales e involucra tanto narrativas como cuerpos, símbolos y objetos. Finalmente, y aunque como se señaló el foco está puesto en la práctica religiosa cotidiana, el autor logra captar los modos en que dogmas, ideas y pautas de instituciones, grupos y comunidades religiosas son tomadas, modificadas y empleadas de forma creativa y autónoma.
Texto publicado originalmente en Pasado Abierto No. 14, julio-diciembre 2021 . Revista del CEHis, Universidad Nacional de Mar del Plata.
Bibliografía
Frigerio, Alejandro (2018). ¿Por qué no podemos ver la diversidad religiosa?: Cuestionando el paradigma católico-céntrico en el estudio de la religión en Latinoamérica. Cultura y representaciones sociales, Vol. 12, Nº 24, pp. 51-95.
Mallimaci, Fortunato y Esquivel, Juan Cruz (2015). Pluralism and individualization in the Argentine religious field: challenges for Catholicism in the perspective of society and politics. Politics and Religion, Vol. 9, Nº 1, pp. 35-51.
Mallimaci, Fortunato y Giménez Beliveau, Verónica (2007). Creencias e increencias en el Cono Sur de América. Entre la religiosidad difusa, la pluralización del campo religioso y las relaciones con lo público y lo político. Revista Argentina de Sociología , Vol. 5, Nº 9, pp. 44-63.
Mallimaci, Fortunato (2013). Atlas de las creencias religiosas en Argentina. Buenos Aires: Biblos.
Parker Gumucio, Cristián (1993). Otra lógica en América Latina. Religión popular y modernización capitalista . México: Fondo de Cultura Económica.
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